Dom,19/06/2011
Estudio local / Analizaron 800 reclamos judiciales.
Errare humanum est . Sin
embargo, en la medicina, como quizás en ninguna otra disciplina, un
error puede producir daños que no siempre se pueden subsanar. Y es más
grave aún cuando esa equivocación es injustificable.
Es
el caso en nuestro país de las caídas de la cama del hospital, las
quemaduras durante procedimientos quirúrgicos y las infecciones
intrahospitalarias. Juntas representan los tres errores evitables más
comunes que se cometen en los centros de salud, debido a una mala
organización del trabajo cotidiano.
Y más grave aún es
que casi el 44% de los errores médicos inexplicables en el diagnóstico o
el tratamiento les causan la muerte a los pacientes.
Así
lo revela un análisis de 800 reclamos judiciales, realizados por
pacientes o familiares, contra sanatorios, clínicas y hospitales
privados del país. Los que más cuestionaron la atención (73%) fueron
pacientes del sistema de seguridad social. Los servicios más demandados
son traumatología y ortopedia, cirugía general, obstetricia y clínica
médica.
"La anestesiología está recién en el quinto
lugar -indicó el abogado Rafael Acevedo, autor principal de la revisión y
especialista en responsabilidad profesional médica-. Cuando se produce
un error en el uso de la anestesia, el daño es tan grande que suele
provocar una lesión neurológica grave o la muerte del paciente. En
cambio, las consecuencias de los errores traumatológicos no suelen ser
tan graves, pero sí vimos que son más comunes."
Existen
casos en los que el error médico se puede justificar, como cuando la
enfermedad o los antecedentes de salud del paciente producen una
reacción a un tratamiento que el médico indicó luego de realizar los
exámenes diagnósticos adecuados y de tomar las decisiones terapéuticas
recomendadas para cada caso. "Si no agotó todos los pasos, posiblemente
haya actuado con impericia o negligencia", explicó Acevedo, que presentó
estos resultados el jueves pasado en una jornada organizada por la
Asociación Mutual Argentina Salud y Responsabilidad Profesional.
En
cuatro de cada 10 reclamos judiciales se comprobó que había existido
una equivocación evitable o inexcusable en la atención que había
brindado el médico o la institución. En el 43,7%, esos errores le
causaron la muerte al paciente. En el 21% de los casos, no quedó secuela
alguna.
La mayoría de los errores (43%) fueron durante
el tratamiento, como las lesiones de las vías biliares o intestinales
durante una cirugía mínimamente invasiva. Un porcentaje menor (27%)
ocurrió en el diagnóstico, como al confundir una obstrucción intestinal
con apendicitis aguda o una gastroenterocolitis con un tipo de
diverticulitis. Tres de cada 10 equivocaciones no son responsabilidad de
los médicos, sino de la institución, ya sea por fallas en la estructura
(falta de barrales en las camas, inadecuado control de las infecciones,
etcétera) o en la cantidad de enfermeros por paciente para brindar una
buena atención.
"En general, son problemas en los que,
si se actúa rápido, se podrían evitar o minimizar las consecuencias del
daño -comentó Acevedo-. Pero las clínicas, los sanatorios y los
hospitales deben aprender a evitar que esos errores se repitan. En
general, observamos que suceden una y otra vez de igual forma; es un
grupo muy reducido de profesionales de una institución que participa en
el 90% de las quejas de los pacientes. Son los que no registran los
actos médicos [en la historia clínica], no confeccionan el protocolo
quirúrgico o no informan adecuadamente al paciente sobre qué es lo que
tiene, qué se le realizará o qué es lo que debe hacer, entre otros
problemas."
Según el lugar de atención, en las guardias
se podría haber evitado el 70% de los errores, mientras que en los
consultorios de atención ambulatoria era evitable la mitad de esas
equivocaciones. En la internación de urgencia hubo más errores
injustificados que en la internación programada (67% versus 46%).
No tan infalibles
Los
médicos no son los únicos que se equivocan. A los pacientes también los
alcanza aquella locución latina, como ocurrió en 39 de los reclamos
judiciales.
En seis de cada 10 de
esos casos, los pacientes habían suspendido el tratamiento, se habían
ido del hospital sin el alta médica o no habían cumplido las
indicaciones del médico. Casi el 13% de los casos eran mujeres que,
luego de un aborto, tuvieron una hemorragia u otras complicaciones y
concurrieron de urgencia a un hospital, donde se les debió realizar una
histerectomía obstétrica (extirpación del útero) o fallecieron durante
la atención (31%).
En un 33% de los reclamos, los
pacientes tuvieron que ser operados por no cumplir las indicaciones del
médico, consultar tardíamente o abandonar el hospital sin el alta.
Pero
Acevedo recordó: "El paciente asume los riesgos de la enfermedad y del
tratamiento en la medida en que haya sido adecuadamente informado del
diagnóstico, el tratamiento sugerido y los riesgos, y de los controles
que debe cumplir, así como de las señales de alarma a tener en cuenta
durante el tratamiento".
CONSULTAS PREVENTIVAS
Además
de los juicios, el equipo de trabajo, en el que participaron también
los médicos legistas Esteban Scoufalos y Geraldine Canteros, del
Departamento de Gestión de Riesgos de la institución, analizó 2400
consultas preventivas que realizaron en los últimos años los más de 500
centros de salud del país y los 4000 médicos asociados.
"Cuantas
más consultas preventivas realizan, más atentos están a la prevención
–indicó el abogado–. Si un paciente añoso se cae de la cama y necesita
un reemplazo total de cadera, no puede esperar diez días. La clínica
tiene que operarlo y después verá cómo recupera el costo de la prótesis
con la obra social."
Según el estudio, sólo el 5% de esas consultas se transformó en un reclamo judicial o prejudicial..