Martes 01 de enero de 2013
Cada día aparecen nuevos productos alimentarios que nos ofrecen mayores beneficios para nuestra salud, más enriquecidos, más desgrasados o elaborados específicamente para seguir disfrutando de algunos productos sin producirnos molestias por alguna patología o afección que podamos sufrir.
Pero no es suficiente considerar lo que nos dice la industria alimentaria sino que depende de nosotros llevarnos a la boca un producto que no nos ocasionará problemas más adelante. Aquí entra a tallar lo importante que es leer el etiquetado nutricional de dichos productos. Vamos a comentar dos casos de los más conocidos.
En los últimos tiempos el consumo de productos de soya viene en crecimiento debido a qué es una alternativa al consumo de leche de vaca para personas intolerantes a la lactosa, alérgicas a la lactoalbúmina y para aquéllas que desean reducir el colesterol sanguíneo. Pero no escoja un producto tan sólo porque dice “leche de soya” en la envoltura.
Si en los ingredientes de la leche de soya que usted compra aparece "suero de leche" deje inmediatamente ese producto. El suero de leche contiene lactosa y lactoalbúmina, dos componentes que las personas que consumen productos de soya desean evitar debido a que carecen de la enzima lactasa para digerir la leche.
Este producto no es leche de soya, sino que debería denominarse “suero de Leche con proteína de soya” y hacer una advertencia de que el producto contiene lactosa, que obviamente no deberá ser consumido por un intolerante a esta sustancia porque le traerá un terrible malestar.
Por tales motivos si lo que usted desea es adquirir un producto de soya porque es intolerante a la lactosa o porque desea reducir su colesterol, le recomendamos consumir leche de soya casera o leer detenidamente el etiquetado nutricional de los productos, ya que recuerde que muchos productos no son lo que dicen ser.
Un caso similar de publicidad engañosa ocurre con las nuevas bebidas lácteas que se venden como yogurt o en envases similares a éstos, dando a entender a los consumidores que están adquiriendo realmente un yogurt.
Ustedes dirán que no hay nada de malo en tomar una bebida láctea o un yogurt ya que ambos son altamente nutritivos, eso es totalmente cierto. Pero que sucede con aquéllos que son intolerantes a la lactosa y precisamente desean escoger un yogurt porque no les produce molestias en comparación de la leche.
Para la elaboración del yogurt se emplean dos bacterias: Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus, que se encargan del proceso de fermentación haciendo que la concentración de lactosa disminuya en un 30% aproximadamente, por eso se vuelve una buena opción para ellos. En cambio cualquier otra bebida láctea si bien cuenta con otras bacterias muy beneficiosas para la salud no incluye las mencionadas en el yogurt, por lo que no son recomendables para los intolerantes a la lactosa.
Y así podemos mencionar muchos casos más. Debemos ser más conscientes de la importancia que tiene dedicar unos segundos a leer la información sobre el contenido o la composición de los productos que adquirimos en el mercado. Empiecen a leer el etiquetado nutricional de los productos que quieren consumir y realmente estarán comprando lo que llegaron buscando.
fuente:http://www.larepublica.pe/08-12-2012/conozca-la-importancia-de-leer-el-etiquetado-nutricional-y-no-guiarnos-de-publicidad-enganosa
fuente:http://www.larepublica.pe/08-12-2012/conozca-la-importancia-de-leer-el-etiquetado-nutricional-y-no-guiarnos-de-publicidad-enganosa
